
Hace algunos años en Santo Domingo. Se pararon ante mi y entremezclaron su risa y su rabia. Yo era turista, o sea, rico. Y ellos el pueblo, pobres. La escena no tendría importancia sin el mensaje escrito en la pared: "Por el derecho a la vida que bajen la comida".
¿Para cuando los estómagos del mundo llenos?, después se luchará por igualdades, libertades, sanidad, cultura,..., pero primero todo el mundo tiene que comer!!!!!
Juan
ResponderEliminarEs indignante que cosas así sucedan en el siglo XXI y no hagan casi nada los gobiernos, dependen casi exclusivamente de ONG privadas.
Comida y besos, para los hambrientos.
Helena.