


Nada me retuvo. Me liberé y fui.
Hacia placeres que estaban
tanto en la realidad como en mi ser,
a través de la noche iluminada.
Y bebí un vino fuerte, como
sólo los audaces beben el placer.
konstantino Kavafis
El vino es bueno para el corazón, acompaña bien el torrente sanguíneo, multiplica la belleza, la inteligencia y el sentido del humor. Esto es una gran verdad.
La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios.
ResponderEliminarSi la vida no te sonríe… ¡Hazle cosquillas!
Por todo lo cual levanto
mi copa al sol de la noche
y bebo el rojo vino
que hermana los corazones.
Besos emparrados.
Helena.