

Ayer nos contaba la prensa local que un vecino había cortado el camino considerado de servidumbre para acceder a la preciosa Cala Saladeta.
Es una de mis calas preferidas ya dañada desde hace muchos años por unos chalets que la flanquean y que no han parado nunca de hacer paredes e incluso una piscina en la torrentera natural que desemboca en la playa, siempre con la intención de privatizarla.
En este caso nuestro ayuntamiento ha estado “al loro” y le obligará, eso dicen, a abrir el paso. Deberían ir más lejos y obligarles a retirar toda construcción que invada dentro del torrente. Las cosas de Palacio…
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ResponderEliminar¡Felicidades!
ResponderEliminarBesos estrellados.
Pues deseo que dure mucho ese empeño del ayuntamiento, porque tal y como están las cosas...
ResponderEliminarMenudo descubrimiento tu blog!