



No se entendería la arquitectura ibicenca sin la purificadora y blanca cal. No había casa de campo que no tuviera cerca un horno de cal (Forn de calÇ). El proceso consistía en introducir en el horno-pozo piedras calcáreas y calentarlo usando leña como combustible hasta alcanzar unos 1000ºc y mantenerlo unos diez días.
Son preciosas joyas de la memoria.
ResponderEliminarEsperemos que se respeten.
Beni