


Amanece en Cap Llentrisca. El sol lleva casi una hora levantado, pero las montañas no dejan que los rayos llegen a Es Vedrá. Cuando empezaron a iluminar la cima me quedé absorto una media hora hasta que la luz cubrió enteramente los dos islotes. Una visión sorprendente, como pocas cosas en la vida.
¡Guau! Como un párpado enamorado a medio despertar que quiere luz para ver que la noche vivida ha sido real
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