


Bajar a Es Corrals d´en Guillem en esta época bajo el implacable sol es garantía de que no encontrarás a nadie allá abajo, y las aguas turquesas cristalinas serán para ti solo. Después, la subida es otra cosa, pero recién bañado y con el gorro empapado se hace leve. Pasé una agradable mañana de domingo.
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