15 de abril de 2011

COLORES













Cuando fotografío una flor sé que le robo el alma, como creen en algunas culturas de otros pueblos si fotografías a una persona. Sé que al llegar a casa y vuelva a verla, y un día tras otro, la flor seguirá intacta, le robé el alma sin su permiso, pero a cambio de conservarla sin marchitar por los siglos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a lo mejor sin tú saberlo lo que ella te regala para siempre es su corazón... UN BESITO, AMOR

Anónimo dijo...

¿no serán ellas, como sirenas, las que van apresando parte de la tuya dejando así tu simiente espiritual esparcida por los campos ibicencos?

LiNa dijo...

me pido las tres para la cabecera de la cama :)