- No hace falta la muerte
- para vestir su gélida túnica,
- para ahondar la tierra bajo sus órdenes,
- para dejar en otros rostros
- su símbolo imperial, dibujado
- con mis cenicientas manos, sabañones
- del último resquicio doloroso…
- Quienes la invocan por su promesa
- de vacuidad, por la esperanza de finiquito…
- ¡se aferran a un mito inocente,
- al bulo de las urbanas leyendas!
- No hay más intensidad
- ni más negrura,
- no se halla mayor compromiso
- que junto a ella.
7 de julio de 2011
PECADO DE ESENCIA INCONSCIENTE X
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