El
objetivo de la cámara no tiene corazón, pero te deja que uses el tuyo. Debes
fundir tus sensaciones con las que te presente la cámara cuando mires a través
de ella. No intentes contradecirla, ella ve lo que tú no ves. Y si tú crees
verlo, dispara, ella lo captará para que tú te lleves el mérito. Ya ves, no
tiene corazón pero es fiel.
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1 comentario:
Bonitas fotos, Juan.
A los caracoles les debe ir bien, tener el material de obra para sus casitas tan a mano.
Además la cal esta no es tan dura como la de las piedras.
Un abrazo
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