En el siglo XIV se la conocía como cova Santa. En 1672 se efectuaron unas obras de acondicionamiento de la cueva. Durante muchos años permaneció olvidada hasta que en 1907 la Sociedad Arqueológica Ebusitana con Arturo Pérez-Cabrero la exploraron nuevamente.
En 1917 el abate Henri Breuil confirmó que la capilla era anterior a la época árabe y no fué hasta 1962 en que se declaró Bien de Interés Cultural. En 1981 se llevó a cabo una nueva restauración
Actualmente, como reflejan las fotos, los exteriores se hallan bastantes descuidados y no ofrece la imagen que correspondería a un monumento histórico.
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