1 de enero de 2011

VEDRÁ Y VEDRANELL OS DESEAN FELICIDAD







Miro esas dos rocas flotando en el mar, impasibles ante el paso de los años, ni vientos, ni lluvias, ni temporales, les inmutan.
Están allí para enseñarnos que la vida es efímera, volátil,…, tan poca cosa, que el dolor y sufrimiento humano no son más que esos vientos que las azotan, y allí sigue imperturbable ofreciéndonos lo que tiene: la majestuosidad de la vida tal como es, sin adornos, sin traje de luces, sin opulencia, sin quejas por no tener, sin llantos por no saber, sin ruegos por no sufrir.
Están ahí sin pedir nada a cambio, únicamente que te detengas frente a ellas, te desnudes como ellas, te despojes de tus joyas, de tus pensamientos, de tus temores, de tus exigencias, de tus deseos, y las observes y absorbas su alma limpia de impurezas y te prometas que no derramarás una lágrima por tu sufrir, una queja por tus penas; que prometas vivir ofreciéndote como esas rocas desnudas, sin tapujos ni disfraces, tal como eres, o mejor, tal como deberías ser, tú mismo.

5 comentarios:

Vicente B dijo...

pues eso, a ver si aprendemos de ellas.... Feliz Año Nuevo

Jorge Kelson dijo...

"no derramarás una lágrima por tu sufrir, una queja por tus penas"
impresionante
en serio...

LiNa dijo...

me cambio por ellas, a ver si luego no lloraban...

no las envidio, por muy bonitas que sean, no podria soportar vivir eternamente.

eso si, reconozco que dan consuelo.

molts anys i bons.

Erna Ehlert dijo...

Otras imágenes bellísimas des Vedrá y Vedranell, Juan.
Que dureza estas rocas por mas bellas que sean.
Pero no son inmortales aunque a nosotros lo parece.

Mi padre practicó una educación muy severa con nosotros.

Nos era prohibido quejarnos, llorar, pedir ayuda y todo lo que nos fallaba era nuestra propia culpa.
No te puedes imaginar lo miserable que era nuestra autoestima.

Me costó muchos años superar al menos en parte esta dureza aplicada.

Por eso no quisiera ser como estas rocas en tus palabras de hoy.

A veces también nos hace falta llorar y muchas mas veces reír.

Un abrazo muy fuerte.

Juan Pérez Escribano dijo...

Tienes razón Erna, es bueno llorar, el mensaje era para quienes viven permanentemente lloriqueando en vez de enfrentarse a su propia realidad.