Hace poco en el idílico lugar donde se haya el restaurante de Jordi, que popularmente llaman Las puertas del cielo, en los acantilados sobre Ses Margalides, Pere Ignasi, con el esfuerzo que supuso desplazar todas estas delicadas piezas desde su tierra la hermana isla de Mallorca, nos deleitó con parte de su extraordinaria obra de cristal y hierro.
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