6 de diciembre de 2007

CALLAR (IV)


La “racionalidad” de nuestra mente ha anulado la “animalidad” de nuestro cuerpo.
Identificados con nuestras mentes nos volvemos arrogantes. Y a la arrogancia humana le estorba el sentir inseguridad, miedo, ignorancia, y como sabe que posee algo que le permite preguntarse, buscar, pensar, reflexionar… se cree con derecho a inventar respuestas, a afirmar antes de saber, o sea mentir y creerse sus mentiras. Así anulamos la sabiduría de nuestros cuerpos, y en lugar de respirar cavilamos, en lugar de experimentar miedo tenemos creencias, en lugar de preguntas tenemos principios, en lugar de sentir elaboramos justificaciones, en lugar de pensar seguimos tradiciones, en lugar de sentirnos parte de la realidad nos creemos los centros del universo. No sé que es más sorprendente en el ser humano si su grandeza o su estupidez, si su asombroso misterio o su contumaz prepotencia…
La racionalidad del hombre percibe poca realidad, y es porque no calla. Y no calla para no ver ni sentir. Así la razón se vuelve irracional, porque ha perdido el contacto con las raíces de su inteligencia, es decir ha perdido el contacto con su animalidad. Tantos millones de años desarrollando, evolucionando, madurando nuestra corporeidad, y cuando aparece ese “algo”, echamos por la borda todo nuestro pasado. Recuperar la animalidad es tarea imprescindible para ser humanos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se yo….

Aunque visto lo relativo a los datos del Informe PISA, creo que vamos en muy buen camino para recuperar esa “animalidad”

Beni.

Josetxo de Alza dijo...

La animalidad,la mineralidad, el fluir de la nube y el agua; el silencio que percibimos cuando aceptamos como último parapeto observar nuestra respiración. Venerables sabios dijeron aquello de las intoxicaciones de los sentidos. La más adictiva tal vez sea la de la mente. ¿Pero qué hacer? Respirarse, sentirse, callar..., efectivamente.

Anónimo dijo...

Me intriga saber de qué manera vas llegando con tanta profundidad a ti. Creo que tus palabras son sólo una leve, liviana manifestación de algo que se está produciendo mucho más adentro de ti. Durante años ¡has sabido tanto de tantas cosas! y en tu erudición, tu mente doblegaba la sabiduría íntima de tu cuerpo...Ahora que nos escribes, en realidad, estás más lejos de todo ¿verdad, amorcito? y mucho más cerca (¡qué contradicción!) porque te has recuperado a ti mismo pasito a pasito y sigues caminando...TE ADMIRO TANTO...

Diana Puig dijo...

Hice una foto en es cavallet que se parece mucho a esta maravillosa foto, la tengo colgada en el blog en un escrito que se llama "Se despidió y voló" y además como me gusta tanto la tengo a pie de página con el titulo que realmente le puse en un concurso que hubo en ibiza de fotografía "una luz en el camino", no es exactamente igual pero pienso que queríamos conseguir más o menos lo mismo, si quieres ya pasarás por el blog a verla, saludos.