Quisiera no verlo, o mejor no percibirlo, pero está en el aire inundándolo todo como la niebla. El pesimismo, el desencanto, la desmotivación, el vacío, no son sólo palabras cargadas de razones, es algo tan real y cotidiano que corremos el riesgo de acomodarnos en ello, y de ahí a la desesperación sólo hay un paso.
Me repito continuamente que es un error, una trampa para que el miedo nos envuelva y no salgamos de casa. Del trabajo, el que lo tenga, a casa, y allí, como en un búnker, defendernos del mundo exterior a través de Internet, el que lo tenga, y absorbidos por la “caja tonta” para no pensar. De vez en cuando coger un libro, jugar a las cartas, o eso de los videojuegos, el que lo tenga.
No puede ser, me sigo repitiendo, los occidentales somos unos privilegiados que nuestro único miedo son los números rojos de la cuenta bancaria, y aún así somos expertos en el arte de vivir del cuento. ¿De dónde viene pues ese pesimismo?
Guerras, hambre, violencia sin razones aparentes, catástrofes naturales, inmigración, radicalismo,…, ¿Cómo podemos estar vacíos de todo esto?
Tal vez sea por la impotencia de sufrir ante nuestras narices la Prepotencia, el Poder Intocable, el Dios Dinero en todas sus facetas, la Dictadura Religiosa, el Lujo Desmesurado, las Mentiras Sociales, la Prostitución de la Ética, el Maltrato de los Descerebrados, la Aniquilación de la Naturaleza,…, ¿Será por eso que estamos desencantados?
Me repito continuamente que es un error, una trampa para que el miedo nos envuelva y no salgamos de casa. Del trabajo, el que lo tenga, a casa, y allí, como en un búnker, defendernos del mundo exterior a través de Internet, el que lo tenga, y absorbidos por la “caja tonta” para no pensar. De vez en cuando coger un libro, jugar a las cartas, o eso de los videojuegos, el que lo tenga.
No puede ser, me sigo repitiendo, los occidentales somos unos privilegiados que nuestro único miedo son los números rojos de la cuenta bancaria, y aún así somos expertos en el arte de vivir del cuento. ¿De dónde viene pues ese pesimismo?
Guerras, hambre, violencia sin razones aparentes, catástrofes naturales, inmigración, radicalismo,…, ¿Cómo podemos estar vacíos de todo esto?
Tal vez sea por la impotencia de sufrir ante nuestras narices la Prepotencia, el Poder Intocable, el Dios Dinero en todas sus facetas, la Dictadura Religiosa, el Lujo Desmesurado, las Mentiras Sociales, la Prostitución de la Ética, el Maltrato de los Descerebrados, la Aniquilación de la Naturaleza,…, ¿Será por eso que estamos desencantados?
3 comentarios:
y si en realidad fuéramos conscientes del modo en que complicamos la felicidad verdadera, mi amorcito...Creemos que cuanto más pensemos y más vueltas le demos a nuestra vida, mejor desentrañaremos su sentido...y sólo es la sencillez la que nos conducirá a nosotros mismos...Si cada uno de nosotros nos preocupáramos únicamente por nosotros mismos, si nos centráramos en conocernos profundamente hacia dentro...¿qué daño podríamos hacer a los otros o al mumdo? ... Lo extraordinario, como dice, Sogyal Rimpoché, es la vida que el hombre se ha montado, en lo ordinario está nuestra esencia, la raíz de la vida que nos conecta con la Naturaleza...Tú estás cada vez más cerca de ti...me lo revelan las fotos, huellas humildes de tus pasos renovados...Un besito, amorcito.
por cierto, ... prosigue..., no te dejes convencer por el fantasma del desencanto...Tiene mucho atractivo pero es un mal amigo, que absorve toda la vitalidad espiritual y te deja en la piel interior el sabor pasmódico de la parte más oscura del ser humano...Tú sigue adelante, tiíto, con tu bandera única, genuina y auténtica...Te quiero mucho
Juan, que no te PREocupe el desencanto. Ocúpate del encanto.
Enseñar el don ya es un privilegio para muchos y así estamos mejor. Josetxo.
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