Es una cala pedregosa, íntima y poco conocida, en la que me bañaba de tanto en tanto hace una treintena de años. Después vinieron las urbanizaciones, la carretera de asfalto entre el acantilado y los chalets lujosos que impidieron la bajada natural a la cala.
Ahora se puede llegar bordeando sobre las rocas desde otra cala cercana, Ses Boques, pero jugándote el pellejo por los continuos desprendimientos de escombros acumulados en la ladera del acantilado bajo los espléndidos y orgullosos chalets que desde su altura dominan hasta las costas de Formentera.
Está bien ser rico y tener una bonita casa, está bien elegir Ibiza para construirla y visitarla en verano, pero no está bien cortarnos el acceso a nuestras playas, no está bien que por ahorrarse unos camiones de escombro lo lancen acantilado abajo hasta el mar, y no está bien que tengamos políticos que hayan permitido que se actúe así y se quede impune.
Ahora se puede llegar bordeando sobre las rocas desde otra cala cercana, Ses Boques, pero jugándote el pellejo por los continuos desprendimientos de escombros acumulados en la ladera del acantilado bajo los espléndidos y orgullosos chalets que desde su altura dominan hasta las costas de Formentera.
Está bien ser rico y tener una bonita casa, está bien elegir Ibiza para construirla y visitarla en verano, pero no está bien cortarnos el acceso a nuestras playas, no está bien que por ahorrarse unos camiones de escombro lo lancen acantilado abajo hasta el mar, y no está bien que tengamos políticos que hayan permitido que se actúe así y se quede impune.
2 comentarios:
Pues sí, tienes razón.
Es así, Juan y desde luego tienes razon.
Por Mallorca tenemos el mismo panorama en algunos lugares.
Incluso han cerrado caminos antiguos con sus chalets.
Hay ordenes de derrumbe despues de muchos juicios, pero pasan los años y nadie hace nada.
Es muy triste.
Un abrazo
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