27 de febrero de 2024

AGAPITO LLOBET, MECENAS DEL SEMINARIO DIOCESANO DE IBIZA

 




Ibicenco nacido en 1598 que como miembro de la familia Llobet poseía una gran fortuna heredada de su padre Pere Llobet.

Su azarosa e inquietante vida le llevó a prisión en varias ocasiones.

Sobre 1635 le nombraron “Familiar del Sant Ofici per la Vila d´Eivissa.”

Casi siempre había algún Llobet entre los miembros del Tribunal de la Inquisición.

Fue denunciado por una mujer que le acusó de incumplir su palabra de matrimonio después de haber vivido con ella un tiempo. Agapito fue llevado a la prisión del Castillo en Dalt Vila. En su defensa alegó que su palabra de matrimonio no podía ser válida teniendo en cuenta la diferencia social entre ellos ya que na Francesquina vivía en la Penya. Y además, durante el tiempo que convivieron, la familia de ella “comían como señores”, según sus palabras. Así y todo pasó una temporada en prisión.

Murió al poco tiempo de estar libre, y como sus hijos, de otra mujer, habían fallecido, dejó en testamento todos sus bienes a la Compañía de Jesús. Con la condición de que construyeran un colegio, que fue el Seminario Diocesano, actualmente apartamentos privados, y una capilla en su honor que se situó en la calle Joan Román junto al seminario en Dalt Vila, hoy en día desaparecida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan.

Cuando se habla de Inquisición y más de Inquisición española no se suele tener unos datos necesarios para contextualizarlo, como que:

“Los estudios de Henningsen y Contreras sobre las 44.674 causas abiertas por la Inquisición entre 1540 y 1700 dan una cifra de 1.346 personas condenadas a muerte por el Santo Oficio[402]. Henry Kamen eleva la cifra a unas 3.000 víctimas en toda su historia y territorios en que existió. Para contextualizar adecuadamente estas cifras se debe tener en cuenta que la Inquisición entendía de crímenes que son así considerados hoy día: bigamia, prostitución, proxenetismo, perjurio, violaciones, abusos a menores, falsificación de documentos y de moneda, contrabando de armas y caballos y piratería de libros, esto es, lo que hoy llamamos delitos contra los derechos de autor[403].
Sir James Stephen calculó que el número de condenados a muerte en Inglaterra en tres siglos alcanzó la escalofriante cifra de 264.000 personas[404]. Algunas condenadas fueron por delitos tan graves como robar una oveja. Según el investigador protestante E. Schafer, autor de un monumental trabajo de investigación sobre el protestantismo en España, el número de protestantes condenados por la Inquisición española entre 1520 y 1820 fue de 220. De ellos solo doce fueron quemados[405].

Copiado del libro de: María Elvira Roca Barea. “IMPERIOFOBIA Y LEYENDA NEGRA”.

Un abrazo.
Beni

Juan Pérez Escribano dijo...

gracias Beni, eres un documentalista alucinante.