
Continuamente conformamos nuestro Yo con la simple estrategia del “No he podido”. “No he podido ir”, “no he podido hacerlo”, “no he tenido tiempo”,…, puede ser verdad, de hecho es verdad, si tú te convences es que es así, la verdad es relativa.
Yo prefiero el “No he querido”, “no tenía ganas”, “he preferido hacer otra cosa”, es más valiente reconocerse dueño y señor de la situación, responsable total de las circunstancias, sean las que sean, uno es libre de modificarlas aunque a veces el precio pueda ser alto y otras veces realmente no se puede.
Pero nos solemos quedar con la salida más fácil, es humano. Es una verdad cómoda aunque sea una excusa que esconde otra verdad diferente. Siempre hay una verdad incómoda que se sustituye por una mentira piadosa. “Me hubiera gustado ir”, en vez de “estaba de p… m… en el sofá viendo la tele”.
Yo prefiero el “No he querido”, “no tenía ganas”, “he preferido hacer otra cosa”, es más valiente reconocerse dueño y señor de la situación, responsable total de las circunstancias, sean las que sean, uno es libre de modificarlas aunque a veces el precio pueda ser alto y otras veces realmente no se puede.
Pero nos solemos quedar con la salida más fácil, es humano. Es una verdad cómoda aunque sea una excusa que esconde otra verdad diferente. Siempre hay una verdad incómoda que se sustituye por una mentira piadosa. “Me hubiera gustado ir”, en vez de “estaba de p… m… en el sofá viendo la tele”.