7 de febrero de 2007

NIÑOS-SOLDADO


De pequeño mis juegos preferidos siempre tenían algo que ver con las peleas, las luchas, las guerras, manejaba diestramente la espada de madera, construía mis propios arcos y flechas, la pistola giraba en mi dedo como un molinillo y era el más rápido del oeste. De más mayor enfoqué mis habilidades de puntería a los dardos y el billar. Ahora rehuyo las peleas mucho antes de dar pié a que empiecen y mi única arma es el boli y la cámara de fotos.
Pero me temo que en mis juegos de niño las armas, las intenciones, los motivos, no eran los mismos que tienen ahora los niños-soldado de las cientos de guerras desperdigadas por el mundo.
¿Tendrán ellos la opción de crecer y poder jugar al billar?
¿Podrán algún día, los que logren sobrevivir, tener la conciencia tranquila y capaz de rehusar una simple pelea por una discusión con alguien?
Es poco menos que inútil desde unas líneas sobre papel pedir, exigir, rogar a los gobiernos mundiales que tomen medidas para evitar que cualquier menor tenga un arma en las manos.
Es inútil porque los gobiernos son los primeros interesados en vender armamento, les siguen las mafias con sus señores de la guerra, las guerrillas, los paramilitares, las bandas organizadas, los que les da igual matar, los que les da igual morir, los que tienen hambre, los que no tienen nada, los que por religión se inmolan y se llevan por delante a los que tienen otro Dios.
Copio unas líneas de un artículo de Hernán Zin, un incansable escritor y viajero que arriesga su vida denunciando injusticias, sobre todo el tráfico de armas:
3. A una población joven, carente de recursos y horizontes, se suma un tercer elemento desestabilizador: la superabundancia de armas livianas. Al no haber una legislación internacional que regule su comercio, cada día resultan más baratas y fáciles de conseguir. Un fusil AK47, cuyo precio equivalía en África hace quince años a varias cabezas de ganado, hoy se compra por el coste de un par de gallinas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los niños son la carne de cañon más barata, manejable, dispuesta y osada que existe.
El Ayatolah Jomeini, en la guerra contra Iran-Irak, tuvo que reclutar niños para cubrir el gran número de bajas que padecían sus fuerzas.
Descubrió que los niños además de pelear como adultos eran mucho más temerarios que estos. Llego a utilizarlos por millares para desactivar campos de minas.
Jomeini invento el “hombre-bomba”, esa arma terrible, del que nadie pide su desactivación y que hoy en día seguimos padeciendo sus efectos.
Pero era un “niño-bomba”.
Jomeini para crear ese ejercito de ”niños-bomba” necesitaba el permiso de los padres. Lógicamente estos no se lo quisieron firmar y lo solucionó alegando que el era el “Padre espiritual de Iran” así que con su permiso era suficiente.
En las carceles Israelis hay muchos niños palestinos recibiendo una paga mensual y estudiando una carrera, que ingresaron en ella al ser detenidos en un control portando un cinturón de explosivos que tendrían que detonar.

Beni

Anónimo dijo...

Me entristece mucho este tema, y supongo que a los que tenemos hijos nos duele casi como si esos niños también fueran algo nuestro.

He visto en el Diario de Ibiza que nombran tu blog, junto con el de otros blogeros pitiusos. Felicidades!!!
Un beso.