20 de agosto de 2011

PECADO DE ESENCIA INCONSCIENTE XVII (Última)


Me perdono de lo que me hago cargo
y de cada ignorancia agresiva hacia terceros.
Solamente a partir de aquí
suspendo mi obstinada trayectoria
y surco un nuevo océano, limpio, húmedo, ágil…
en el que poder ser
todo y nada,
cualquier yo
creativo, creador, imaginado.


Echo de menos la pasión
entre sus dedos arañándome
el reloj correctísimo.
Me desfogo, expuesta
mi gana, y desestimada mi súplica
sin que baste mi atenta soledad
porque lo que mi ánima ansía
es saciedad en otros,
hacerse a sí misma escanciada
en los demás.
Sola…
hay demasiado espacio…
excesiva riqueza para mí misma.
No quiero nada
que no pueda compartir.



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