7 de febrero de 2006

LA P... MILI.


Siempre me quedó pendiente esa espina, no el sacármela, ya que quedó incrustada en la carne, pero sí lavármela un poco maldiciendo a todos los estados que en nombre de la paz preparan a sus gentes para la guerra.
El año y medio de mi vida que me robaron, que se apropiaron para “hacerme” un hombre, yo lo utilicé, no para odiarles, ni siquiera eso se merecen, sino para reconfirmar aún más que los ejércitos, las armas, los que aceptan combatir, por tanto matar, enarbolando banderas, construyendo fronteras, venciendo “enemigos”, conquistando tierras ajenas, no me interesan en absoluto. Pero me obligaron a entregarles 18 meses, y no gratuitamente, una pulmonía, una operación de menisco provocada para conseguir un permiso, el hígado castigado, y sobre todo una permanente tristeza y rabia encerrado en ese cuartel en El Ferrol.
Les agradezco en cambio, un par amigos de esos para toda la vida, que pusieron al día mi conciencia política y los problemas del mundo, conciencia inocente acostumbrada a meditar relajadamente sobre la vida sentado al borde del mar en mi querida Ibiza.
Prometí no volver a coger un arma, le he hecho y lo seguiré haciendo.
No acudiré, ni obligado, a ningún conflicto armado de ningún país. Lo juro.

6 de febrero de 2006

TASMANIA




Mi visita a Tasmania sólo duró doce días pero con la intensidad que la naturaleza te permite disfrutar me pareció un mes.
Lagos, ríos, bosques tupidos, montañas nevadas, playas inmensas, la concentración de parques naturales más numerosa que conozco.
Su fauna típica australiana, canguros, koalas, wonbats, y algunos menos vistos como el ornitorrinco, y el pequeño perrito chillón con cara de demonio que por algo llaman Demonio de Tasmania.
Científicos están intentando reproducir con ADN recuperado al ya extinguido famoso Tigre de Tasmania.
Ovejas y vacas por todos lados, industria pesquera, viñedos de alta calidad, garantizan una excelente gastronomía.
En contra está su lejanía, interminables vuelos en conexión hasta llegar a Hobbart, pero una vez allí…

5 de febrero de 2006

A ELISA de Bethoven


Tal vez sea la mujer que más he amado.
Tal vez, porque medir el amor es imposible.
Desapareció sin dejar rastro,
o yo no quise buscarlo.

CARTA XIII


Me he sentado en el limbo simbólico de una misma y se han espabilado los sueños.
Sé, tras la reflexión, que estoy aquí y sé que amo, a pesar de las amenazas y las dificultades.
Sé que cuando toco su piel siento la corriente que le anima a la vida.
Sé que si tiene dolor lo siento antes de que le lo cuente.
Sé que no puede anteponerse a lo que conozco de él, que no tiene tantas defensas como piensa, que no está tan acorazado como se figura.
Sé que me duele el sufrimiento que no soy capaz de suponer por el que se ha armado de temores y fortalezas víricas.
Sé que vivo y eso es lo que cuenta en esta descuenta temporal.
Mañana no quiero decirle que lo amé.
Es hoy mi momento para él.
Voy a vivirlo hasta donde me lleve el límite de este amor.

FELINO


Que enigmáticos me parecen estos animales, solitarios, independientes, autosuficientes,...,
descarados, orgullosos, vanidosos,...

3 de febrero de 2006

SIN TITULO


Que alguien me diga su nombre común. Científicamente se llama Globularia Alypum.

VIOLENCIA


En el lejano oeste batirse en duelo en la calle principal del pueblo porque un pistolero había mirado mal a otro era normal, era cuestión de honor, de chulería, o de saber quien era el más rápido con el revolver.
En la época del Romanticismo los duelos solían ser por una mujer.
La vida no tenía mucho valor. La muerte se cotizaba más.

Ahora ya no hay duelos de tú a tú. Ahora te machacan sin previo aviso, sin tirarte el guante a la cara. Por el mero placer de golpear. Por ser los dueños de la calle. Porque no les gusta tu ropa o tu peinado. Porque lo marca el juego de rol. Porque ellos también han sido pateados. Porque la “consola” ya no les consuela. Porque lo han visto en la tele. Por cuatro duros. Por razones insospechadas.
Ante lo irracional no cabe la confrontación. Ellos no pelearían limpiamente uno contra uno con las manos vacías.
Cabe luchar por defender al más débil. Se puede pelear por una causa justa. Cualquiera puede perder los nervios de rabia. Eso no es violencia, y mucho menos gratuita

1 de febrero de 2006

LUTERO


Esta tarde he visto la película Luther. Viví en mis propias carnes el funcionamiento de la Iglesia, fui monaguillo y seminarista, pero a esa edad no tenía perspectiva de lo que ocurría y representaba ese mundo, me limitaba a “creer” y obedecer a la Santa Madre Iglesia a través de sus sacerdotes.
Hoy, me confieso a quien me apetece y rezo en hebreo. Sigo la doctrina de ser “buena gente”, me gusta la frase “Soy ateo, gracias a dios”.
Pero la película me ha vuelto a encender la luz en el archivo de las cuestiones de fe.
¡Cuántas injusticias, humillaciones, mentiras, a cargo de la Iglesia!
Cuántos crímenes de la Inquisición. Cuántas aberraciones de las Santas Cruzadas. Cuántas “almas” destrozadas en nombre de la figura de Jesucristo, que debió ser un tipo cojonudo. ¡Cuánto engaño en la interpretación de lo que dejó escrito!
Cristo, Mahoma, Buda,…, Ghandi, Lutero, San Agustín o Fray Escoba, que más da, miles de personajes en la historia han dejado mensajes de paz y amor.
En cada uno de nosotros está la religión a seguir, si es que hay que seguir alguna, bastaría con no “joder” al prójimo.