9 de mayo de 2007

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD XIII







1 comentario:

Anónimo dijo...

La piedra ibicenca tiene vida por sí misma, se quiere salir hacia los que la vamos invadiendo absortos por su belleza ancestral. ¡Quién sabe si esos rostros saldrán de su muro de contención durante las lunas llenas de dalt vila y se reconciliarán con el paso del tiempo en paseos secretos por los laberintos del montículo admirado