31 de julio de 2006

CARTA XXXVII


Yo tengo una carta a medio camino entre mi bolso y tu casa…y se me ha comido el tiempo la inconsciencia o la excesiva conciencia de intentar ubicarme en este espacio mallorquín que tanto me atrae y me confunde…
Para sobrellevar muchas historias de tristeza arraigada, he aprendido (aún estoy en ello) a no darles más importancia que al instante. Pongo el presente inmediato por delante y así consigo entregarme de lleno sin miedos ni cálculos ni prevenciones…arriesgado pero intenso…
Hace unos días descubrimos que uno de mis niños más pequeños está peor de lo que creíamos. Tiene ataques epilépticos cerebrales que no se manifiestan de forma física externa pero que justifican los escasos progresos que hemos logrado con él. Es el niño más cariñoso que he conocido. Fue el primer pequeñín en quien me fijé antes de estar con ellos, en una torrada familiar, invitada como novia de Luis. ¡Dios mío! Ahora que te escribo soy por primera vez verdaderamente consciente de lo que le está pasando. Lo noto porque lloro…Cada día tienen un precio más alto las lágrimas. Me vienen genial, ya se me estaba desdibujando el surco acostumbrado del llanto…
Algo se está desestabilizando en mi interior aunque ni siquiera me sé explicar a mí misma qué sucede… ¡Tenía tan ajustado el puzzle de mis sueños! Pensaba que el amor abría todas las puertas…pero no pensé que podíamos equivocarnos de amor…

2 comentarios:

Dammy dijo...

En Octubre tengo pensado ir a Ibiza, y la verdad es que este blog va a ser una referencia a tener en cuenta.

Un blogsaludo.

Juan Pérez Escribano dijo...

Me alegra oir eso, en el blog hay un link a mi web por si quieres más información de rutas a pie.