El fútbol actúa como una poderosa arma que sustituye las pistolas por una pelota.
Capaz de herir a corazones exaltados y mentes obtusas que lo llevan más allá de un simple juego-deporte y lo convierten en emblema-excusa para sacar sus demonios y actuar como si se tratara de verdad de una guerra entre rivales.
Pero el fútbol de calle, el de cualquier rincón de cualquier país en el que gentes, conocidos o no, aprovechan su tiempo libre para intentar meter un balón entre unos palos, sin publicidad, sin fichas federativas, sin dinero en juego, sin televisión, sin banderas, ese fútbol no reconoce fronteras, ese juego es como la música, une al universo.
Capaz de herir a corazones exaltados y mentes obtusas que lo llevan más allá de un simple juego-deporte y lo convierten en emblema-excusa para sacar sus demonios y actuar como si se tratara de verdad de una guerra entre rivales.
Pero el fútbol de calle, el de cualquier rincón de cualquier país en el que gentes, conocidos o no, aprovechan su tiempo libre para intentar meter un balón entre unos palos, sin publicidad, sin fichas federativas, sin dinero en juego, sin televisión, sin banderas, ese fútbol no reconoce fronteras, ese juego es como la música, une al universo.
2 comentarios:
Hay un profesor en la universidad que defiende la idea de que para conocer los secretos de la existencia humana basta con analizar el fútbol, porque en él se encuentra la filosofía fundamental de la vida...¡qué sorprendente!
Sobrarían las guerras si se resolvieran los conflictos con partidos de fútbol o ajedrez.
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