PLANES

Mi vida ha estado siempre llena de planes, no de grandes planes de futuro sino de momentáneas pero continuas planificaciones a corto plazo. Siempre me decía: “Haz planes que ya se romperán solos”. Y casi nunca se rompían del todo porque el abanico de posibilidades que abría era lo suficientemente amplio como para que resultara exitoso y así, además, dejaba mucho espacio a la imaginación y a la improvisación. Era como prever que habría imprevistos, incluso me atrevo a decir que los provocaba porque me sentía especialmente orgulloso de sentirme único responsable de solventarlos. Y no es que no pida ayudas, es que la ayuda me viene dada por la ilusión de buscar, indagar, estudiar, preguntar,…, no soy autosuficiente pero el mundo y yo juntos sí.
Últimamente, cada vez más, planifico menos.
Ahora aprovecho más lo que la vida me ofrece. Veo cosas que antes no veía. Espero e interpreto paciente las señales que se me presentan para seguir aprendiendo, indagando, escudriñando, disfrutando, sintiendo la vida. “No hago planes porque no quiero estropear los planes que la vida tiene para mí".