


Ha comenzado la vendimia. Los vinos ibicencos están cogiendo renombre. Hay buenos caldos. El vino payés está quedando relegado al consumo de la propia recolección familiar. De cualquier forma, que el vino perdure siempre, es uno de los placeres del paladar.
2 comentarios:
Recuerdo que compraba vino payés en Formentera, era una casa típica preciosa, en un anexo del porche (sería la antigua cocina) estaba la bota, nunca olvidaré el olor que había allí dentro, Un olor a vino que despertaba los sentidos...
Besos.
sí, cariñito, porque mientras haya vino se conmemora la parte más jubilosa y amable del hombre, la que no distingue rangos y a todos transporta a la bacanal de los placeres...pero¡con moderación!jejejeje
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