5 de marzo de 2006

CARTA XVII


Evidentemente, transgredimos el tiempo. No lo necesitamos para escucharnos con la máxima atención y el mayor cuidado.
Se me está escapando mucha fe....Creía que el Amor era un todo absoluto, suficiente, insuperable, con la capacidad del mejor orador de todos los tiempos para convencer...
A veces se queda tan insignificante...junto a un rechazo, un dolor muy antiguo y rancio, un tono inadecuado entre los labios y unos oídos mal ubicados,...
A veces me pregunto qué armas tengo para soportar lo que pronto llegará a mí y ya sé que de nada servirá porque el mundo no gira por nadie ni el Amor da de comer.
A veces me río de mi desánimo, que incluyo en la torpeza de la mayoría, y me burlo de la excusa de pensar que nada se modificará, y me recluyo un ratito en los sueños para recuperar la brújula que nunca tuve al alcance de la vista realista.

No hay comentarios: