8 de marzo de 2006

SOCIEDAD


Qué pocas cosas son realmente necesarias para vivir y qué difícil se hace poseer ese poco y que te dejen vivir en paz sin proponerte, ofrecerte, exigirte continuamente que tengas más, que consumas más, que acapares más.
Esta sociedad te aboca a desear poseer cosas a las que llaman “bienes”, a saber: Un lugar para vivir propio y lleno de “cosas” que llaman “comodidades”; vehículos propios que dicen que te dan “autonomía”; cuenta bancaria llena de cifras para mantener lo que llaman “calidad de vida” y marcan tu “status” social.
Para eso es necesario e imprescindible ser fiel al SISTEMA (¿). No entiendo nada. Ocupamos nuestra vida en rodearnos de cosas que después hay que vigilar y mantener continuamente y que acaban ahogándonos porque no nos dejan tiempo para vivir.
Esa misma sociedad que nos pide tolerancia y que no tolera desacatos, no acepta rebeldes, ni vagos, ni bohemios, ni caminantes de hatillo, ni vivir indocumentado, ni ser insolvente, ni poeta de bar, ni músico callejero, …, todo tiene que estar bien atado, bien controlado, bien censado, bien estadisticado,…, cuando decides dejar de ser consumidor activo, o mejor dicho selectivo, te hacen la vida complicada. No les interesas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y yo tan a gusto... Soy rebelde, vaga (duermo siesta), bohemia a ratos, caminante por gusto (el coche lo justo), documentada por que no hay más remedio, insolvente, a este paso, pronto, poeta de bar (prefiero en mi cocina), músico callejero (yo tarareo por la calle). No me dejo atar ni controlar más de lo estrictamente necesario, que es poco, lo demás no me interesa y menos interesarles...

El más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos.
Henry David Thoreau
Derrocho... besos,
Helena.