29 de mayo de 2006

AUSTRALIA




Sydney es una ciudad impresionante, como tantas otras abiertas al mar, había quedado allí con Daniel, el hermano de Luis, para saludarle y de paso dejarme aconsejar sobre los lugares que visitar, tenía tan sólo tres días y había que comprimirlo todo mucho.
Era inevitable y además sería imperdonable no visitar esta obra arquitectónica que es la Ópera de Sydney, sobresaliendo sobre la preciosa bahía. Al día siguiente me tomé un día de relax en la “surfera” playa de Bondi y por la noche un paseo nocturno por King Cross, divertida zona de copas que se hizo famosa en la película Priscila.

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