Fui a Bangkok un poco de rebote, venía de otro lugar y quedé en verme allí con Manu que venía de Bali. Juntos cogimos un tren hacia el sur, mi amigo tenía que ver a alguien en la isla de Koh Phan gan y yo no dudé en acompañarle. Es una pequeña isla poco explotada turísticamente, aunque esto hace seis años, y un bungalow en la playa nos costó unas quinientas pesetas diarias.
El viaje no tendría mucho que resaltar de no ser porque al tercer día de mi “espatarre” playero comenzó a sonar estruendosamente una música enloquecida a la vez que la playa se inundaba de gentes con atuendos hippies dispuestos a bailar sobre la arena y el mar. Manu me dijo, “es el Full Moon Party”,…pero dónde me has traído!!!!!, 24 horas de música estridente sin pausa ni piedad, pero si esto ya lo tengo yo en Ibiza y lo rehuyo. Lo pude soportar, total una noche sin dormir.
Al regreso paramos dos días en Bangkok, la ciudad es un caos circulatorio y es mejor desplazarse a través del río, hay muchos templos que visitar y el colorido y bullicio de las calles la hacen atractiva e interesante.
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