28 de noviembre de 2005
CARTA (III)
La amenaza de creer no es la crítica o la burla de los otros, para mí, el gran riesgo es la locura.
Tiene tanta energía la fe que puede poseer el alma.
Estoy haciendo acrobacias para mantenerme en el hilo colgante de la duda. ¡Qué sinsentido!
Lanzarme hacia uno u otro lado, intentar alcanzar un punto, un cimiento o una estrella... pero tener una trayectoria por la que luchar. ¿Luchar?
La vida sin motivo tiene de apellido expósito.
Se queda huérfana.
Mi meta debería ser humilde o ambiciosa, pero estar presente. A veces, su ausencia es mi verdadera soledad.
Pero las otras veces, su lejanía me concede la libertad del “carpe diem” y entonces llega ella, porque supongo que sabe que a sorbitos pequeños algún día la entenderé.
Hace días que comencé a escribirte y mi vida ya ha girado más revoluciones de las que esperaba y, quizás, pueda soportar.
Alguien me ha vuelto a trastocar las emociones pero, como mis “siempre” de amor, se me resbala del mañana y casi también del ahora.
Siempre lo tengo todo pero mi eternidad con el amor parece reservarme demasiados rostros.
He descubierto que soy más “yos” de los que creo. Me he descubierto en otros gestos, otras risas, otras entregas, otros corajes, otros temores que nacen de mí y que nunca sospeché.
Me alegro de lo que su paso ha dejado en mi vida aunque una estrella del idealismo infantil se ha añadido a las ya apagadas.
¿Qué tengo yo que mi amor ahuyenta?
Quizá las ansias, quizá la idealización atacante, quizá yo...
¡Qué difícil el amor acuariano!, ¿Eh?
No hay remanso para nuestros corazones, amor.
Estamos levitando en la divagación de nuestros sentimientos exploradores.
A veces pienso que ya están en mí y buscan un cuerpo tangible al que apuntar su atención, sobre el que derramar la intensidad de sentir.
He tenido un ángel entre mis brazos y una fe interior(o tal vez femenina) me dice que volverá porque sólo sus ojos me han conquistado el alma.
Nunca antes me miraron desnudamente como él lo ha hecho.
¡Ojalá no sea una simple parada en el camino!
¿Qué quiero?, me pregunto para no enloquecer la brújula de quien soy, y sé que mi respuesta no se ciñe al nombre de un amor-amante. Hay más esperanza, más empuje en mis anhelos todavía borrosos pero existentes.
Las promesas diarias que se arraigan a un largo plazo no están hechas a la medida de mis pies descalzos.
Tengo tallas extrañas para vestir mis deseos.
¡Te voy a volver loco! Mis cartas (las que son tuyas) son las verdaderas testigos de mis demencias secretas.
¡No te asustes de mí!
“NO QUIERO QUE PIENSES.
YO DIGO QUE NO PIENSO EN ELLO.
(CÓMO PODRÍA OLVIDARLO
SIN HABERME MUERTO)”
J. HIERRO
Re-aprendo la básica importancia de sernos enteros mientras perdure la caduca eternidad del ser feliz.
Cada vez que he tenido un labio al que dedicar besos y versos, se me ha volcado todo. Y volveré a derramarme...
Arrepintámonos de lo que no hicimos pues de lo hecho ya obtuvimos la lección o la victoria y fue vencida la duda.
Mil besos para los rincones oscuros de los lienzos que quieren salir de ti.
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