18 de noviembre de 2005


LUZ

Como un agujero en un cielo repleto de nubarrones
por donde penetra la luz,
también en la vida cubierta de oscuridades
se abren ventanucos por donde salir.
Todo se repite en la vida,
también la muerte es parte del ciclo.
Si dejáramos “tranquila” a la naturaleza (que es lo que ella quisiera), todo se reorganizaría por sí solo.
Todo gira, da la vuelta, y vuelve a empezar.
Pero no hay paciencia, ni confianza, sólo un poco de esperanza a la que exigimos que nos responda de inmediato. Y eso no puede ser.
La vida, como la naturaleza, tiene su ritmo. Y nosotros no lo respetamos. La queremos como a nosotros nos convenga. Y cuando no es así nos agobiamos, nos ahogamos.
Como dijo un gitano amigo mío:”Las cosas son como son y no como uno quiere que sean.”
No solemos encontrar la salida porque la buscamos de forma equivocada, es más, ni siquiera la buscamos, sólo la pretendemos.
Abre tu ventana, mira al cielo, observa y escucha.

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