27 de noviembre de 2005

ENSEÑANZA


“Había una vez en una pecera dos pequeños peces, conversando.
De repente uno de ellos se puso muy triste, y se fue al otro lado de la pecera.
Entre tanto el otro pececito meditaba en silencio, después de un largo rato,
se acercó al que estaba triste y dijo con gran sabiduría:

- No te aflijas, ciertamente dios existe,
recuerda es él quién nos alimenta y nos cambia el agua a diario.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan
He llegado hasta aquí desde el blog de Mariano Planells, me gusta el tuyo, sobre todo tus fotos...
Tambien he visto tu web, tienes unas fotos preciosas de Ibiza.
Me hizo mucha "ilu" la que le diste a Mariano para mí... Una sargantana muy chula...

Como estás muy metafórico, te mando este flahs de peces que me encanta, espero que me salga bien el enlace...
Peces

Un musical beso en azul mar...
Helena.

Anónimo dijo...

Otra forma de ver lo mismo

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

Jorge Luis Borges
Ajedrez II