2 de diciembre de 2005

HAN CERRADO EL LIMBO




No recuerdo quien dijo aquello de “soy ateo, gracias a dios”, pero va bien para el tema. Escucho en la radio que los “cerebros” del Vaticano han “cerrado”el Hotel Limbo, destino turístico de las ánimas de los bebés no bautizados. Es realmente vergonzoso. ¿Dónde trasladarán a las inquilinas almas que pasaban su eternidad allí?
¿Y los puestos de trabajo de la plantilla del Limbo?
¡Qué morro!, también hay especuladores en el cielo. Seguro que ahora recalifican los terrenos y construyen chalets de lujo.
La Iglesia ha perdido su crédito. ¡Y si resulta que tampoco hay infierno!, que algún agujero de ozono celestial lo está apagando.
Del cielo prefiero no hablar, es lo único “vendible” de la inmobiliaria “Iglesia & cía constructores”. Lo único que da sentido a morirse, ir al cielo. Eternidad etérea. No más guerras. No más hambre. No más impuestos. No más cuernos.
¡Ay!, cuando la Iglesia decida contarnos la verdad, será tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Limbo

Explicaban las penas del infierno con tanta profusión de detalles que algunos niños sospechábamos que acababan de regresar de él. En opinión de aquellos minuciosos hechiceros, lo peor era que en ese ardiente lugar no era posible contemplar a Dios, circunstancia que tenía muy fastidiados a sus moradores. Tampoco les era desconocida la topografía de la gloria, que era un sitio absolutamente confortable donde se estaba mejor que en casa de uno. Lo que dejaba mucho que desear era la cartografía del limbo. No es fácil relatar la nada. Si nos preguntaban por ese extenso paraje, los párvulos de entonces, para demostrar que habíamos aprovechado las enlutadas lecciones de nuestros educadores, debíamos decir que el limbo es el territorio adonde, según la doctrina cristiana, van las almas de los que, antes de alcanzar el uso de la razón, mueren sin el bautismo.

Ahora se va a producir el desahucio de esos inocentes 'okupas'. La Iglesia estudia la posibilidad de amnistiar a todos los inquilinos. La verdad es que no tuvieron tiempo para hacer nada, ni bueno ni malo, y no parece razonable que permanezcan en la inopia durante toda la eternidad, más la prórroga. Lo tenía dicho Ratzinger muchos años antes de ser Benedicto XVI: «el limbo no es más que una hipótesis teológica».

Creo que es necesaria esta reforma ambiental. Y bien sabe Dios que mi alegría es completamente desinteresada. A mí me bautizaron, si bien sin mi consentimiento expreso, pocos días después de nacer. En la Iglesia de Tamarite. También me confirmaron, a su debido tiempo e hice la Comunión, tres vacunas contra el catolizismo.

La Iglesia pierde credibilidad, primero se mete a bióloga y encuentra el gen de La Santísima trinidad en la cadena de ADN, y ahora, reconoce que se inventó lo del Limbo... ¿Qué más...?

Besos desde el Limbo de las hadas ¿existirá...?
Helena.