13 de diciembre de 2005

VIAJAR




Viajar es la religión a la que pertenecen aquellos que no se cansan de explorar el mundo.
Son raros los hombres que consiguen comprender el mundo sin salir de sus ciudades.
El mundo es una especie de banco genético de ideas, costumbres, comportamientos, formas de vida, disponible para aquellos que están dispuestos a recibir y asumir con profundo respeto toda la sabiduría que los diferentes pueblos del mundo tienen en su haber y que sean capaces de asimilar. A la vez saber entregar sin imponer tus conocimientos, únicamente tus deseos de convivencia en armonía y paz.

“Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar” (Goethe).

La contemplación del mundo nos cambia para bien o para mal. Supone una transformación interior proporcional al tiempo y a la distancia recorridos en nuestras vidas.
Viajar por el mundo, sumergirse en otros países, mezclarse con otras gentes, sin tratar siquiera de juzgarlos. Ese es el cometido.

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