18 de abril de 2006

AMMAN (JORDANIA)


Todo el viaje había sido espléndido, pero una metedura de pata por mi parte casi está a punto de convertir la experiencia en mal recuerdo.
Llevaba una sencilla cámara compacta andando por las salas del aeropuerto y me topé con una escena normal en estos países pero curiosa para un occidental, era la hora del rezo, estábamos en el periodo del Ramadán, y en cualquier rincón o pasillo había musulmanes rezando en dirección a la Meca. Apreté disimuladamente el botón apuntando desde la cintura sin darme cuenta de que el flash estaba activado y el fogonazo desató una encadenada ira. Me sentí rodeado en segundos y en sus caras veía Talibanes encolerizados, intentaron quitarme la cámara y se fueron envalentonando ante mi negativa y mis “sorrys”, y acabé en el suelo con un montón de “tíos” con túnica sobre mí. Me salvó la policía del aeropuerto no sin echarme una monumental bronca mientras me llevaban a la puerta de salida de mi vuelo.Me considero una persona respetuosa con las costumbres, ritos, religiones, de cualquier país, mi intención era simplemente captar una escena que me parecía interesante. Y todo por un flash

1 comentario:

Anónimo dijo...

Típica reacción de mentes estrechas, ¿qué hubiera pasado al revés? nada, hubieras aceptado sus disculpas y ya está.
Besos, Helena.