Este almendro tiene prisa, ofrece flores tempranas, es su forma de agradar, no se siente bien en sus ramas desnudas. Desde que nos ofreció sus frutos para la “Salsa de Nadal” está impaciente por volver a florecer.
Es casi lo único en Ibiza que tiene prisa, el florecer de los almendros y el “sembrar” de autopistas la isla.
La gran virtud de los ibicencos, su piedra filosofal, se está convirtiendo en su talón de Aquiles.
Recuerdo al padrino de Kiko sentado en la puerta de la pensión con un calcetín de cada color viendo a los “giris” pasar sonriente. Se acordaba de cuando no había turistas y él tenía muchas tierras (poseer tierras no era ser forzosamente rico) y la gente acudía a pedirle pequeños préstamos. Su respuesta solía ser: “Anau passant que ja ho anirem sabent” (Ir pasando que ya lo iremos sabiendo).
No había prisa para nada. A nadie le importaba que en la tienda se “colara” alguien, o que un vehículo se parara delante del tuyo para hablar con alguien y te impidiera pasar durante un ratito, nadie pitaba, hoy por mí, mañana por ti.
Todo desapareció cuando se inventó el “stress” aunque aquí tardó más en llegar.
Ya no hay paciencia, ya sólo te paras y hablas por el móvil para avisar a la oficina que llegarás tarde porque la salida de Amnesia bloquea la carretera.
No hay prisa, que adonde tienes que ir es hacia ti mismo,-dijo algún Budha que se fue a vivir a otra parte-.
Es casi lo único en Ibiza que tiene prisa, el florecer de los almendros y el “sembrar” de autopistas la isla.
La gran virtud de los ibicencos, su piedra filosofal, se está convirtiendo en su talón de Aquiles.
Recuerdo al padrino de Kiko sentado en la puerta de la pensión con un calcetín de cada color viendo a los “giris” pasar sonriente. Se acordaba de cuando no había turistas y él tenía muchas tierras (poseer tierras no era ser forzosamente rico) y la gente acudía a pedirle pequeños préstamos. Su respuesta solía ser: “Anau passant que ja ho anirem sabent” (Ir pasando que ya lo iremos sabiendo).
No había prisa para nada. A nadie le importaba que en la tienda se “colara” alguien, o que un vehículo se parara delante del tuyo para hablar con alguien y te impidiera pasar durante un ratito, nadie pitaba, hoy por mí, mañana por ti.
Todo desapareció cuando se inventó el “stress” aunque aquí tardó más en llegar.
Ya no hay paciencia, ya sólo te paras y hablas por el móvil para avisar a la oficina que llegarás tarde porque la salida de Amnesia bloquea la carretera.
No hay prisa, que adonde tienes que ir es hacia ti mismo,-dijo algún Budha que se fue a vivir a otra parte-.
3 comentarios:
Sí, las salidas de las discotecas han bloqueado la carretera, el turismo y el futuro de la isla. Bon Nadal, Juan.
Hola, amor...A veces...hay quienes descubren que la verdadera carrera, la aceleración más importante es la de saber detenerse...Muchos...a ciegas...corren para pararse...y siguen disparatados por cualquier carril o calle en busca de una meta donde descansar...
Y ése Buda ¿quién debe ser?, porque yo pienso que a donde tu vayas llevas contigo tu historia. Lo más importante es no tomarse a uno mismo demasiado en serio. Salud Nadalenca, Juan!
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