26 de diciembre de 2005
SUPERMERCADO NATURAL
Caminando por el torrente de Es Broll bordeando acequias legadas por el pueblo árabe,
recojo unas naranjas para el desayuno y las coloco en la "cinta transportadora" que
cuesta abajo me las entrega justo al lado del aparcamiento de mi bicicleta.
No hay caja para pagar, la naturaleza obsequia con sus frutos a quienes respetan su tierra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Juan
¡Qué lujo! Naranjas fresquitas recién caídas del árbol, para desayunar. Uuummm... Envidia sana...
Besos de color naranja, recién exprimidos...
Helena.
el meu amic joan me enseño este lñugar en el ultimo octubre que pase por la isla , precioso rincon donde surge un buenbrazo de agua dulce , todo un lujo , ese pozo que mana y mana sin saber su procedencia . precioso .fredericio8 saludos
supongo que os naranjos no tenian dueño.
De ahí el porque de las vallas.
ha, con que fuiste tú?
Mucho respetar la naturaleza pero de respetar la propiedad privada o el trabajo de los demás ná de ná.
Así hay muchos, y el pobre payés que se quede sin naranjas, que se crean silvestres y sin sudar la frente.
Taronges a la vora del cami agres
Publicar un comentario