12 de febrero de 2006

CARTA XIV


Me duelen las venas de tanto contener la emoción. Si pudiera gritar lo que siento, habría estallado hace unos días y esparcido todos mis pedazos porque a veces el cuerpo se me queda demasiado ceñido a las palpitaciones espirituales.
Me duelen estos límites que me mantienen con vida...La piel a veces parece acero.
Ahora, en la hora calmada, todo lo que mi físico ha logrado retener en un interior que se le escapa en los sueños y en algunos otros rincones mágicos de la realidad, todo me parece menos sufrimiento, más soportable.
Las horas dedicadas a sentir sin dilaciones ni respeto a contraindicaciones de la madre razón parecen, viviéndolas, justicieras inquisitorias sin final.
Aprendo a secarme las lágrimas con más rapidez, a zigzaguearlas con el enfado para no ser reiterativa en el canal de expresión de mis sentimientos,..., aprendo a pensar premeditando el sentir,...entonces el sentir se queda con la boca seca y tiene mono de ser más pero no queda alternativa....Hay que compartirse...para no dejarse nuevamente la piel del alma en manos que no la merecen porque nunca la han querido tener.
Supongo que el delirio no atentará contra tu madurez porque tú siempre has enfebrecido de letras incalificables, demasiado grandes para quedarse adjetivadas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Scabiosa cretica, aquesta la trobem a vores de camins.... té una parenta que la trobem a llocs més caprichosos i alts devora la mar, entre cala salada i cala saladeta n`hi ha una bona mata, que fa sa flor més grossa que es diu o li diuen Scabiosa maritima també preciosa

Anónimo dijo...

m'havia equivocat, perdon para los peninsulares, me paso a la lengua del imperio, sin ofender, la de la foto es la maritima y la de sitios un poquito más caprichosos es la cretica. besos