14 de enero de 2006

CARTA X


Quisiera poder explicarle el modo en que todo a tu lado se convierte en adentrar un alma completa.
Cuando te escucho las letras me parece descifrarme los años de mi mañana y tengo alegrías que nunca viví a solas, las que traes de toda tu historia mágica.
Nunca un hombre fue tan yo como tú. Nunca hube encontrado a nadie que tenga en su esencia mis mañanas, tan sólo tú.
Si pudiera hablarte del amor de mis veintitantos...
Me pierdo la paciencia de los años consumidos...Solamente me atrevo a correr, a lanzarme al presente precipitadamente para asegurarme el futuro...No dejo que los días descansen en sí mismos, los asomo constantemente a un después que nunca llega...Siempre condenados al presente, persecutores del futuro, burbuja que nos otorga la eternidad que no poseemos, al menos no entre piel y huesos.
Los pasillos de mi casita de alquiler van tomando cimientos más descarados.
Lo asombroso de la mayoría de las personas que conozco, sobre todo del género masculino, es que son las situaciones límite las que invocan su lado más íntimo y extraordinario.
Tengo decididos mis sueños, bueno, con la exactitud de dejarlos huecos para que todo tenga cabida. Pero me dispongo a perseguirlos aunque gaste en ellos toda mi vida. No tengo nada mejor que hacer. Si de todos modos el mundo sigue escociendo tanto, voy a ser atrevida.
Ahora le vivo desde muy adentro. Sin quererlo, ni premeditarlo, me anticipo a sus actos e incluso a sus emociones.
Es como si mi persona se desdoblara, enamorada, y, para procurar el gozo y la comprensión de quien amo, viviera a dos tiempos en una única dimensión temporal.
Yo me siento temprana para el amor y empiezo a temer que la apariencia realmente tenga tanto peso en la tentación de los sentimientos.
Tengo árboles por todo mi alrededor y desde ventanas gigantescas de mi cocina las estrellas se asoman por las noches; me entristeció verlas por primera vez porque ya hacía casi un mes que vivía aquí y me las había pasado por alto, por el alto diminuto de mi pequeñez rutinaria.
Hay personajes tan reales...Jeremy Irons tuvo algo de ti en la última película en la que le vi. Estaba lleno de un amor puro y detenido en el tiempo y amaba a una joven preciosa pero la miraba con una hondura blanquísima y, al mismo tiempo, desgarradoramente humana.
Siempre amaremos con los ojos la belleza del mundo. A veces para mí es imposible negarme al amor de una mujer preciosa o de un hombre esculpido por rasgos estatuísticos; hay un sentido humano que ha nacido para apreciar lo bello esté donde esté.
Estoy rodeada de libros y de escaso tiempo y abundante trabajo...y no aprendo a ser mejor... ¿Quién tendrá la respuesta? Mi interior es demasiado restringido para tenerla en él. Tengo miedo de crecer hacia fuera y dejarme el dentro para cuando tenga tiempo, porqué nunca lo tendré.
Esperar a tener tiempo es el consuelo de los bobos.
Creo que más que cuerpos y almas somos pedazos de minutos aglomerados y confusos.
Un día, los minutos se cansan de formar parte de nosotros y ya no hay nada que dejar para cuando dispongamos de tiempo.
Que importante es el segundo que tenemos entre las yemas inconscientes.
Sólo espero que mis minutos me concedan la oportunidad temporal de no dejar nada por demostrar en cuanto a sentimientos.
Sencillamente me gustaría morir habiendo cubierto el cupo de “te quieros” imprescindible para quienes me importan. De los restantes te quieros se encargará el recuerdo y lo que vaya más allá de la muerte...seguro!

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