Ayer volví con mi amigo Antonio a buscar esas orquídeas de invierno que he leído se suelen encontrar por el bosque entre Sa Canal y la playa de Es Codolar. No encontramos ni una, a mí no se me da bien el rastreo, ni espárragos, ni setas, ni orquídeas, sólo algún gnomo.
En cambio desde la cima se veían los flamencos reposando en su paraiso y al atardecer un llaúd pescaba con una gran linterna que alumbraba al infinito.
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